martes, 8 de enero de 2013

Literatura de Fantasía: Más que Elfos y Niños Mágicos



Todos tenemos imaginación, pero pareciera que con el paso de los años nos olvidamos de lo que es. Recuerda cuando eras niño y jugabas a que eras uno de esos grandes héroes de caricatura e inventabas diálogos, solo o acompañado, le dabas vuelo a la imaginación hasta en la comida, ¿Cuántos de ustedes no se ponían a fantasear con unas galletas de animalitos y un vaso de leche? Pero ahora, cuando ya estudias o trabajas, parece que la imaginación ha terminado y que ya no hay tiempo para crear fantasías.

Sin embargo, no hay que dar todo por perdido, pues en la literatura hay algo llamado fantasía y ciencia ficción, y aunque esto no significa que de ahora en adelante te conviertas en un lector empedernido, si puedes darte cuenta que la imaginación y la fantasía también se plasman en letras y no solo en imágenes, como en el cine.

Y no es que esté en contra del cine de ciencia ficción, mas bien hay que darle honor a quien honor merece, porque muchas películas de gran éxito en taquilla están basadas en interesantes libros que a veces ni conocemos.

Vivimos siempre con el deseo de conocer otro planeta, otro espacio; de saber qué mundo raro se esconde del otro lado del espejo de nuestra propia realidad física, porque interiormente están nuestro pasado, deseos y sueños.

Y es que pareciera que a determinada edad, cuando nos consideramos adultos, nos da miedo fantasear, o dejamos que la imaginación se vuelva cosa de niños, porque para “la gente normal” fantasía e imaginación, también van ligados con mentira e invención. Algo así fue lo que le paso al escritor Michel Ende, a quien siempre se le criticó por defender y reivindicar el espíritu de la fantasía en sus cuentos.

A veces también pensamos que lo fantástico es solamente un mundo irreal lleno de criaturas raras, por ende, en su libro “El ponche de los deseos”, no expresa precisamente ese escenario boscoso y fantasiosamente fuera de la realidad; es mas bien un texto sencillo de trama ingenua en donde el final parece adivinarse desde el principio, al desnudar claramente la oposición entre el bien y el mal.

No deberíamos encasillarnos en un solo tipo de escritor, debemos aprender de los distintos escritores de libros de fantasía, autores capaces de ponerse en relación con ésta y de recorrer sus distintos senderos. Los escritores nos ayudan a descubrir la lengua, pero también nos ofrecen capacidades de sorpresa e invención, nos brindan instrumentos para descubrir cosas y adelantarnos en su significado.

La literatura de Ana María Shua se contempla en diferentes géneros, pero sus libros expresan que la fantasía no obedece las reglas de ningún género. En el libro “la Sueñera”, el sueño parece estar conformado de fragmentos permanentes de pesadillas, visiones y poemas.

Al leerla se comprende de otra manera la realidad y las zonas de lo irreal. Su literatura fantástica brinda ambientes y espacios para el desorden y la transgresión, usando el único signo posible: imaginación y lenguaje.

Por ultimo, se podría decir a las personas que nos les gusta este tipo de literatura o que la consideran como absurda: ¡no pasa nada!, pero recuerden que siempre existe el deseo por conocer otros mundos y que podemos ingresar a ellos a través del reino de la fantasía  que precisamente esta en nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario